Por un cigarrillo: Joven fue brutalmente golpeado por una patota

Un joven fue brutalmente atacado por una patota, luego de que se le pidieran cigarrillo, y él no tuviera. Lo golpearon con ladrillos, a golpes de puños y patadas entre ocho personas. También agredieron a su novia. Una rápida reacción del joven evitó que la situación se convirtiera en una tragedia.

Fcundo Torres Díaz, fue a buscar a su novia pasadas las 9 de la noche, en calle Chaco, a la altura del ingreso al Barrio Mocoví. “Es una zona donde siempre se junta esta gente, y ya hubo problemas. Se me acercan, y me piden unos cigarrillos, yo no fumo (Facundo es además deportista, jugador de rugby de Italiana), y no tenía para darles, sino les daba. Entonces me empiezan a insultar, y le digo váyanse, dejen de molestarme”, cuenta tres días después, con un ojo en compota, una importante herida en su cabeza y múltiples hematomas y cortes en su cuerpo.

“Uno de ellos me tira un botellazo contra el auto, y ahí se me vienen todos. Alrededor de 7 u 8 personas, y está oscuro esa parte además. A mi novia también le pegaron, y la empujaron al barro”, agregó

“Me tiraron a una cuneta y empezaron a pegarme, y después de varios minutos, logré salir. Me habían pegado un ladrillazo en la frente. No sé cómo hice, estaba lleno de sangre, y me voy hacia el auto, pero me alcanzan, de nuevo, logro safarme y veo que uno de ellos va y busca un cuchillo o un arma, no sé qué era. Pero logré agarrar a mi novia, y salimos. Fuimos a la comisaría”, detalló

Facundo cuenta que quedó solo con la ropa interior y muy golpeado, además le robaron. De allí fueron inmediatamente a la policía, y a él lo llevaron al hospital para ser atendido. 

“Quiero que se haga justicia, y que los agarren, siempre están haciendo daño, ellos caen preso unas horas y salen”, remarcó. Al ser consultado si el estado físico y el deporte que practica lo ayudaron, Torres Diaz dijo “fueron 5 o 10 minutos pero para mí fueron horas, creo que si era alguien con menos fuerza o menos físico que yo, lo matan”.

“Los médicos me dijeron que tuve suerte, porque fueron golpes graves, que unos centímetros más y no la contaba. Se me infectó la herida en la cabeza, por el barro podrido, y  los golpes que tengo en la espalda me duelen todavía, pero solo quiero que se haga justicia.”

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